21 agosto, 2011
“Los vinos tintos acaban de nacer en Cigales” afirma Pascual Herrera, presidente del Consejo Regulador de esta Denominación de Origen de Castilla y León, situada al norte de Valladolid y bañada por el río Pisuerga.
La tradición de Cigales son los vinos rosados, elaborados con la variedad tinto fino (nombre local de la tempranillo), complementada con un pequeño porcentaje de uva blanca, principalmente verdejo. Los tintos ya suponen la mitad de los vinos elaborados en la comarca, donde abundan mucho las cepas viejas, que aportan una buena concentración de sabor.
¿Cómo son los actuales vinos tintos de Cigales? Pascual Herrera los define como un “estilo de vinos muy equilibrados, por la personalidad de la tinto fino, variedad que en Cigales ha encontrado el punto de equilibrio en Castilla y León; no son tan cálidos como los vinos de Toro, ni tan ácidos como los Ribera del Duero”.
Y destaca que son vinos únicos debido a su clima de tipo continental, con suelos pobres cascajosos, y suaves en acidez, por lo que el mejor estilo de estos vinos tintos es cuando se elaboran como Crianzas, en barricas de roble francés. Sin olvidarnos de una de sus principales virtudes: “su relación precio-calidad espectacular”, que lo convierten en muy atractivos para el aficionado.
En una reciente presentación concurrieron las principales bodegas de Cigales, y pudimos degustar los estilos más interesantes. Sin lugar a duda, los rosados siguen siendo muy agradables de beber, como el Vendimia Seleccionada 2009 de la Cooperativa de Cigales, goloso y maduro; el clásico Calderona Élite 2009, fresco, frutal y carnoso; el Valdelosfrailes 2009, con su complejo coupage de uvas garnacha, cabernet, merlot y verdejo; o el novedoso Hiriart Élite 2009, que ganó el premio al mejor rosado de Cigales, y que destaca por sus notas afrutadas y florales, con muy buena acidez y final de larga persistencia.
Pero las estrellas del evento eran los tintos de Cigales, y pudimos disfrutar de algunos vinos de gran categoría, como Lezcano Lacalle Reserva 2004, elaborado con tempranillo y algo de merlot, con 24 meses de crianza en barricas de roble: muy jugoso y potente, de gran estructura y paso amable; sensacional el Cesar Príncipe 2007, elaborado con tempranillo de viñas viejas de entre 50 a 60 años, y que realiza una crianza de 14 meses en barricas, que destaca por su finura, con envolventes aromas de frutillos negros, y una elegante concentración que eleva su categoría.
En esta selección de los mejores tintos no podía faltar Traslanzas 2005, elaborado por una pequeña bodega que cuenta con solo 3 hectáreas de tinta fina, de un viñedo de 70 años de edad, y cuyos vinos maduran durante 13 meses en barricas de roble francés y americano, en las tradicionales cuevas subterráneas; un vino de gran estructura, muy sabroso y carnoso, con un gran potencial de mejorar en la botella.
Jesús Bernad