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28 octubre, 2024

Maestro ronero por un día

Experiencia Flor de Caña en Madrid A tan solo 5 kilometros del volcán más activo […]


Experiencia Flor de Caña en Madrid

A tan solo 5 kilometros del volcán más activo y elevado de Nicaragua, San Cristóbal, encontramos los campos de caña de azúcar de Flor de Caña, uno de los rones más interesantes de Centroamérica, de singular personalidad, por ser un ron de crianza natural (slow age), sin azúcar añadido.

 

 

 

Para descubrir su atractiva gama de sabores acudimos a una tienda en Madrid donde han inaugurada Experiencia Flor de Caña (Claudio Coello 19), desde junio de 2024, que se suman a las que tienen de forma permanente en Managua, Ciudad de México y Lima. En este original local jugamos a maestros roneros por un día.

 

Los orígenes de Flor de Caña son muy peculiares, pues el joven genovés Alfredo Francisco Pellás, llegó a Nicaragua en 1890, primero impulsando una compañía naviera que atravesaba los lagos interiores del país, conectando los océanos Atlántico y Pacifico. Pero este proyecto decayó con el inicio de la construcción del canal de Panamá.

 

 

 

Su siguiente proyecto fue crear en la costa del Pacífico una explotación agroalimentaria, con predominio de la caña de azúcar. Y por último fundó la Compañía Licorera de Nicaragua, con su Flor de Caña en 1932. Son pues ya cinco generaciones y 135 años de historia familiar, plagada de terremotos, volcanes, golpe de estado y accidentes aéreos incluidos, siendo la empresa mas antigua de Centroamérica.

 

El embajador de la Experiencia, Nacho Cabello, nos muestra las practicas sostenibles del proceso de elaboración del ron, empezando por las 35.000 hectáreas de caña de azúcar en propiedad en su Single Estate. El bagazo de la caña, una vez extraído el azúcar de esta, se utiliza como combustible en sus molinos; mientras que el CO2 de la fermentación lo atrapan y lo venden para hacer refrescos, y se suministran de energías renovables.

 

 

 

El ron lo elaboran con las melazas tras la obtención del azúcar, y a este le añaden jugo de piña, que una vez fermentado ambos destilan en alambiques de columnas de acero inoxidable por 5 veces, para obtener un alcohol de gran pureza (80%) y maduran en barricas de roble blanco americano, de tostado medio, que antes contuvieron bourbon (utilizan las barricas entre 30 a 35 años como máximo). Cuentan con 150.000 barricas en total, cuyos rones maduran en un clima tropical, con una elevada evaporación anual del 6% los primeros años y luego un 4% de la parte de los ángeles.

 

En una cercana sala, Cabello saca con una venencia una muestra de Flor de Caña 18 años (crianza real, no por el sistema de soleras), y los catamos: de aroma austero, paso goloso, boca muy seca, recuerdos de cacao y chocolate, nueces y avellanas, de melaza y regaliz, y final de grano de café tostado. A este excelente ron le añade 3 granos de café a la copa, que le aportan un grato perfume al ron.

 

 

 

Bajamos a la planta baja, donde hay preparado un taller de coctelería, donde vamos a jugar con 3 tipos de sus rones y aprender a crear estos originales tragos. Con el Flor de Caña 12 años (ambarino, goloso, con notas de melaza y madera de roble, de paso cálido) elaboramos el coctel Jicaríta (junto con jugo de sandia, limón y un macerado de jalapeño, que batimos con hielo en una coctelera). Es muy original, refrescante, con el suave perfume picante del jalapeño.

 

Con el ron de 18 años elaboramos una copa muy original: en un vaso bajo ponemos el ron, con un gran hielo de cristal cuadrado, añadimos el aceite esencial de la piel de una naranja y le damos un toque de soda; al final ponemos una tapa de madera encima del vaso y quemamos unas virutas de roble que ahúman el cóctel, que marca mucho la sensación del trago de estar cerca de una chimenea.

 

 

 

Catamos el sensacional Flor de Caña 25 años, de hermoso color ambarino cobrizo, aromas de nueces y vainilla, madera y cacao; la boca es seca y redonda, sensual y golosa de este ron de edad mínima de 25 años de añejamiento (toda una recompensa a la paciencia; ¿recuerdas dónde estabas hace 25 años?). Este excelente ron lo acompañamos con un chocolate de un 70% de cacao, fundiéndose el ron con la untuosidad del chocolate y crea un maridaje perfecto en la boca.

 

Al final de la Experiencia, subimos a la entrada de la tienda, donde encontramos una pared llena de barrica de ron, y donde podemos degustar 3 rones de distinto tiempo de crianza, 11, 17 y 19 años, para elaborar nuestra propia mezcla ronera. El ron de 11 años es goloso y algo ardiente; el 17 años de crianza en barrica es maduro y redondo, con notas de cacao; mientras el 19 es ya muy fino y suave. Siguiendo el buen criterio de mi compañero Miguel Rodríguez, elaboro mi botella personalizada, con un 50% de ron de 17 años (fuerza) y 50% del 19 año (finura), resultando un ron sabroso, intenso y de gran complejidad. Botella que etiquetan con mi nombre y registran con una exclusiva numeración.

 

 

 

Así culmina nuestra experiencia de maestro ronero por día, conociendo la gran personalidad de uno de los mejores rones del mundo, Flor de Caña, que tras 135 años de historia continúa ofreciendo sus placenteras sensaciones.

 

Reserva de la experiencia en: flordecanaexperiencia.com

 



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