20 diciembre, 2012
Sus vinos procedentes de viñas viejas de Swartland muestran una arrebatadora personalidad del terroir.
“La revolución de Swartland es la del terroir en Sudáfrica”, afirma este joven enólogo sudafricano que ha agitado el panorama vinícola del país, desde una región tan desconocida como Swartland, que descubrió cuando era elaborador de una bodega de esta región: Spice Route. Eben Sadie es un personaje muy conocido en España por su bodega del Priorato “Terroir al limit”, aunque tras años once años elaborando en esta región catalana, y de trabajar en las mejores regiones de vinos del mundo, se ha asentado en esta región vinícola, situada a 80 kilómetros al norte de Ciudad del Cabo, que es la que tiene la mayor extensión de viñas viejas del país.
“La bodega tiene que ser el espejo de la viña” defiende Eben, que apuesta por estas viñas viejas, de escasa producción, plantadas en vaso, cuyos viñedos parecen abandonados, pero que según el genial enólogo: “al igual que los hombres, han alcanzado el equilibrio en su madurez”. Comenzó trabajando 3 hectáreas de viñedo y ahora posee 26 Ha, divididas en 18 variedades y 63 parcelas, que cuentan con cinco definidos terroirs debido a la gran diversidad de suelos, en una vasta región que destaca por su gran salto térmico entre el día y la noche. Y la pasión que muestra por sus vinos se lo ha trasmitido a su amigo, el genial enólogo sudafricano Adi Badenhorst, que se trasladó allí desde una mediática bodega Stellenbosch.
Su original apuesta vinícola, poco común en un país del Nuevo Mundo, es elaborar vinos de coupage, como el célebre tinto Columella: fluido, de complejo estilo mediterráneo y cimentado en shiraz, monastrell y garnacha, que madura en grandes fudres para evitar que la madera nueva devore su frutosidad. En Palladius, su blanco más emblemático, se fusionan diez variedades y madura durante 24 meses en huevos de hormigón para respetar la fruta. Junto a estos dos vinos, considerados los mejores del país, elabora diversos monovarietales de viñas de cincuenta años, como Soldaat, de etérea y perfumada garnacha. Mostrando una gran generosidad, ha cedido a su buen amigo berciano Raúl Pérez una de las mejores parcelas de viñas viejas de la variedad cariñena, con el que elabora su original Cabo de las Tormentas.
Eben Sadie seduce con una filosofía radical, que ha conseguido impulsar el concepto de terroir a cotas inimaginables entre los vinos sudafricanos.
Jesús Bernad