Vamos a catar tres vinos de crianza de Ribera del Duero, de las excelentes añadas de 2009 y 2010.
El clima continental extremo de esta prestigiosa región vinícola castellana, es la responsable de la marcada diferencia entre las distintas añadas.
Les invitamos a disfrutar de los tintos de crianza de 2009 y 2010, dos añadas excelentes pero distintas entre sí: la perfecta madurez de la 2009 ha dado como resultado vinos pletóricos de fruta, sabrosos, vivaces y de gran estructura, que ganará calidad en botella con el paso del tiempo. La añada 2010 fue algo más austera, de personalidad castellana, pero de gran concentración, con una fruta algo más cerrada ahora, que augura una sensacional evolución.
¡Qué las disfruten!