26 junio, 2024
Javier Sanz lleva desde el año 2000 recuperando variedades autóctonas de la zona, como […]
Javier Sanz lleva desde el año 2000 recuperando variedades autóctonas de la zona, como el verdejo Malcorta, un clon de esta variedad blanca castellana, que se caracteriza por su mayor acidez natural que la verdejo convencional. También recupera uvas tintas como la Cenicienta (Colorado), y la Bruñal (con la que elabora un delicioso tinto afrutado, Paraje La Encina); y también han descubierto un verdejo negro, de uva tinta, muy prometedor.
A mediados del siglo XIX, el bisabuelo de Javier Sanz heredó unos viñedos en La Seca (Valladolid), registrados en 1863. Ya son 5 generaciones de viticultores (su hija Leticia está completamente involucrada en la bodega), dedicados a mantener las mejores tradiciones de los vinos de Rueda. Sus viñedos se encuentran en plena meseta castellana, a 700 metros de altitud, y a tan solo un kilómetro del río Duero, motivo por el que el suelo es pobre, arenoso y cubiertos con cantos rodados, con un subsuelo arcilloso y calizo. Su clima es continental y escasean las lluvias, con tan solo 440 mm al año.
La Malcorta es una variedad de verdejo casi extinta y ahora recuperada por Javier Sanz tras 20 años de investigación, que se caracteriza por madurar hasta dos semanas más tarde que la verdejo normal y tener los pedúnculos muy leñosos, por lo que se cortaba mal y a ello debe su nombre, pero cayó en el olvido por sus muy bajos rendimientos.
Malcorta macera en frio con sus hollejos para ganar en finura de aromas, y luego fermenta a una temperatura baja, de menos de 15º C, en depósitos de acero inoxidable, para retener al máximo los aromas de la uva, cuyo vino madura entre 5 a 7 meses con sus lías finas, que le aportan cuero, estructura y volumen al vino. Un vino elaborado con la mínima intervención en la bodega, y sus levaduras naturales.
Nos invita en una terraza en plena Gran Vía madrileña, con espectaculares vistas, a catar 10 años de Malcorta: 2013 (la añada inicial de este vino, con más de 10 años de evolución en botella); una añada intermedia, 2019; y la actual de Malcorta 2023, para poder valorar si un verdejo de tanta complejidad y viva acidez es capaz de madurar más de diez años en botella. Verdejos de guarda.
Malcorta 2023: aroma delicado de frutas cítricas (piel de pomelo), flores blancas y fruta de hueso, como melocotón maduro. En boca destaca su viva acidez, nada habitual en estos vinos de Rueda, con frescor, amplio afrutamiento, y densidad mineral, gran cuerpo, pero con un elegante final, muy largo. Javier Sanz destaca que “es un tesoro tener hoy en día esta acidez natural en el vino”. Este parámetro es tal vez el más importante para que un vino tenga una mayor capacidad de envejecimiento en la botella, ganando calidad. (unas 15.000 botellas, pvp: 20 €).
Malcorta 2019: color dorado, con aroma cítrico de pomelo, con toques frescos de piel de lima y frutas de hueso, en boca es maduro, con la acidez integrada, y carnosidad y volumen, con regusto final de manzana verde, muy mineral. Es un vino elegante y refrescante a la vez, con capacidad de guarda.
Malcorta 2013: primera añada de este vino, ya de color muy dorado. De aroma complejo, de manzana asada, con un toque de hidrocarburo, como ocurre en los mejores riesling de Mosela, mantiene su viva acidez, con un fondo de grato amargor y largo final muy mineral. Un vino perfecto para acompañar a un bonito con tomate, por ser un vino de amplia boca, muy sabrosa, sofisticado y muy complejo. En el restaurante le acompañamos con un tartar de atún con trufa blanca, que armonizan muy bien.
Malcorta es un blanco de un clon de verdejo que muestra su capacidad de evolución con el paso del tiempo, ganando en elegancia y complejidad, como pudimos disfrutar en esta cata de una década de este vino de Rueda.